sábado, 20 de julio de 2013

Madara Uchiha ¿decepción?




Consideraciones sobre como se pensaba que era Madara y como realmente es.
Como prevención, advierto que no soy un gran fan del anime. Por lo tanto, quizás cometa muchos errores.
Me llaman la atención, los siguientes aspectos:
El fin de un mito: Durante el transcurso de los mangas, se nos presentó a este personaje, como la evocación de la maldad, como una entidad ilimitadamente poderosa, a quien, Hashirama Senju, había logrado derrotar en una batalla decisiva para la continuidad del mundo ninja. En esas informaciones, lo que se intentaba transmitir, y lo que personalmente creía, era que Madara tenía un “nivel de combate” similar al de Hashirama, e incluso más, y que este último, lo había vencido en el Valle del Fin, de manera dificultosa. Bueno, ello ya quedo demolido y zanjado por los últimos números del manga de los cuales se pueden advertir conclusiones como:
i. Hashirama es ciertamente más poderoso que Madara.
ii. Hashirama siempre se sintió así.
iii. Madara mismo lo reconocía la superioridad de su ex amigo.
Además, desde siempre existió una vinculación de amistad entre ambos, lo que por cierto quita, toda la mística maligna y retorcida, llena de venganza y de maldad, que había sido creada en torno a él. La lucha y la violencia, no era una cuestión natural en Madara, quien junto con Hashirama, propusieron un camino de paz, al visualizar la creación de la Aldea Oculta de la Hoja.
Otra cuestión relevante, dice relación con la limitación física y el odio que de la misma, podría haber nacido en el personaje. Madara pierde con Hashirama y aunque obtiene células, es condenado a vivir el resto de su vida en limitaciones, en humillación. Luego la pregunta que uno tendría que hacerse es ¿Es previsible su actitud después de la resurrección? ¿No es más probable que un ser de ese calibre no quiera más que sed de venganza? ¿Es adecuado su comportamiento? ¿Sus consideraciones respecto de sus rivales y los sucesos que han ocurrido en el transcurso de la guerra ninja son relevantes? ¿Su confianza, es un elemento “torpe” de una personalidad que quería llevar a cabo un proyecto de tan magnas consecuencias?
Los puntos anteriores tienen relevancia porque hoy por hoy, el personaje parece devaluado. En efecto, el que se presentaba como candidato hipotético a marcar el eje antagónico del manga, quedó sencillamente defenestrado del pináculo del poder. Obviamente es un ninja, extremadamente poderoso, pero creo que su curva de comportamiento tanto físico, como psicológico, es inadecuada. Por lo tanto, quiero decir que, al final de cuentas, siempre consideraré como verdadero Uchiha Madara al que atravesó el cuerpo de Konan por la espalda y que veía en el odio y rencor, en el plan frió y elaborado, las verdaderas fuentes de consecución de logros y expectativas.
El Madara de hoy, quien se me presenta como un “pedante horriblemente poderoso”, pero sin la profundidad intelectual y de dialogo, que precisamente, uno esperaría del legendario ninja insurrecto de la hoja. Hoy, parece ser un rival inmaduro, juguetón, sarcástico. Entonces, el trabajo de Tobi como Madara, fue sin querer serlo, el autentico ejercicio de maldad, poder, análisis y ambición, que era necesario para configurar un desarrollo del conflicto clásico de lucha entre el bien y el mal.
Se hace poco, con un personaje que es mucho, y que se visualizaba en un comienzo, como mucho más.
Una pena y una decepción.

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